jueves, 19 de enero de 2012

Educar en competencias


Las leyes educativas van cambiando, adaptándose a las necesidades de las nuevas sociedades presentes en nuestro entorno. Lo mismo debe suceder con nuestra forma de enseñar, de utilizar los recursos y de presentar los conocimientos y experiencias.

Con la finalidad de trabajar en la línea de las competencias básicas, se presentaba esta actividad en el número 74 de la revista Números realizada conjuntamente con el alumnado de infantil y primaria por Francisco Morales Villegas del CEIP La Estrella. Se trata de una experencia con la que dar un sentido a la enseñanza de la numeración en el primer contacto que se tiene en la escuela.

La tarea tiene un claro producto final: elaborar una agenda telefónica como la que cualquiera puede tener en su casa, en su centro de trabajo o en el bolso. Se requiere un trabajo previo siempre necesario para que el producto final sea realizado con la mayor corrección posible.

Se puede comenzar con cualquier excusa para sacar una lista de teléfonos de la clase. Esa lista es muy útil cuando queremos llamar a la casa de cualquiera de los alumnos. Las actividades propuestas se pueden resumir con el siguiente listado:

- Entregar a cada alumno una tarjeta para que la traiga al día siguiente rellena con los números de teléfono de su familia.

- Reconocer su número de teléfono de entre los del fichero.

- Copiar su teléfono, formando una cantidad de nueve cifras.

- Comparar la coincidencia de numerales con los compañeros de la mesa.

- Copiar el número de un compañero y llevárselo a casa para llamarle.

- Comprar una agenda para anotar el número de algunos compañeros.

La actividad finaliza en la casa con una o dos llamadas a compañeros de la clase. Es necesario hacer ver a nuestros alumnos que la exactitud a la hora de copiar los números es imprescindible. Cualquier error o baile de cifras hace que no podamos llamar a la persona deseada.

Los números se utilizan constantemente en la vida diaria para indicar cantidad, establecer orden, para medir, expresar el resultado de un partido, decir el valor en euros de un producto, señalar la hora, la talla de ropa o de calzado, decir la fecha, diferenciar un número de teléfono de otro… Esto es lo que da interés y sentido al trabajo con la numeración, y no el aprendizaje del símbolo que representa a cada cifra.

Se aprende la numeración trabajando con ella en la medida en la que nos es útil, y en nuestras agendas telefónicas, el número es indispensable y tiene su utilidad. Ahora, cualquier alumno de 3, 4 o 5 años sabrá que necesita conocer, distinguir y escribir las diferentes cifras en un contexto de vida real y práctico.

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